12 noviembre 2009
Articulo nuevo de Marca.com
El Rayo Vallecano ha respondido con brillantez al empuje del Athletic Club y el influjo de San Mamés para seguir en la Copa del Rey eliminando al actual subcampeón con un 2-2 en Bilbao que consolidó la ventaja de dos goles adquirida en el Teresa Rivero.
Soñó el Athletic con la remontada tras un tanto de Llorente llegando al descanso, pero el 1-1 de Collantes ya le puso las cosas muy difíciles al conjunto bilbaíno, que aún se abrió una puerta a la esperanza con un tanto de Javi Martínez antes de que, inmediatamente después, Albacar, de precioso golpe franco directo, liquidase la eliminatoria.
El Rayo certificó su clasificación con dos tantos preciosos, pero también le debe mucho a Dani, que tuvo varias paradas de nivel ante un Llorente que, aunque marcó, tuvo uno de sus peores días en el remate. Si el ariete internacional hubiese estado más fino, sobre todo en el primer cuarto de hora, las cosas probablemente hubiesen acabado de otra manera.
Salió el Athletic con todo, incluida su recuperada delantera titular Llorente-Toquero, y con ganas de demostrarle desde el principio al Rayo que su intención era dar vuelta a la eliminatoria. Así, le encerró de desde el primer minuto de partido y le puso un sinfín de dificultades.
El insistente dominio inicial bilbaíno, además, se plasmó en ocasiones de gol, hasta tres claras en los primeros 18 minutos. Todas de Llorente, que pareció falto de sitio en tres remates dentro del área en las que es especialistas.
Especialmente difícil de entender fue que el tercero de ellos, a ras de suelo, dentro del área pequeña y con el pie, se marchase al larguero, adonde volvió a caer el balón antes de irse a córner. Un tiro desde la frontal del ariete, pegado al palo, también intimidó a Dani.
Armando da la talla
No acertó el Athletic en su primer arreón y el Rayo empezó a cogerle el ritmo a un choque en el que parecía con una velocidad menos que su rival. Y superada la media hora se acercó con peligro a la meta de Armando, que solventó con la habitual solvencia que muestra cuando releva a Iraizoz las dos primeras: un mano a mano ante Collantes y un enorme disparo de Rubén Reyes desde el vértice al que respondió no con menos brillantez.